lunes, 18 de junio de 2012

Daniel

Me da miedo su forma de expresar el encanto. 
Su abreviatura incorrecta, su efusividad, su mente alterada. 
Me inquieta su mirilla imperdible y el ansia injustificada de gritar.
Siento pánico por el hilo del que cuelgan sus sentimientos
El vaso que se puede volcar y tener que sentir de nuevo sus lagrimas de dolor. 
Por los dioses del averno, protegedle en su cruzada,
Por los lordes de las tierras mas ricas, que vuestro alente le acompañe en su campo y su sierra.
Musas de la inspiración, no os olvidéis de el, le debéis mucho.
No le hagáis morir por amor de nuevo.
Yo estaré esperando con una sonrisa en la mano a que sea el momento decisivo.
El momento en él que deje de arrugar la sien y no tenga que prestarle mi hombro perenne, no porque mi capricho lo desee...Si no, porque no quiero tener que verle sufrir, bajo ningún concepto, en ninguna realidad, en ningún juego, y sin ninguna armónica artificial que acompañe esas hojas y ramas maltrechas.

Por favor, criaturas que creé, dadle vuestro aliento, para que ya no haya mas dolor.



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Yo, no olvidaré este juego de pares e impares. 
La cara de sonrisa idiota por la pena inquieta. 
El rosa bañado en alcohol de colona y unas trenzas que cuelgan desde el tejado de mi vida. 
Un moreno robusto de miles de raíces, de miles de flores. 
Que yo se quien es el acertado atontado, el decrépito manojo de cartas quemadas. 
Que yo se quien baña la pena en acuarela y melancolica espera. 
Al que llama por la ventana a un corazón alentado de libre aire, libre.
Sonrojada piel de gallina que dibuja en mis esquinas un maltrecho juego de bellos escarpia.
Apoyo al alma que sangra, al cuerpo que lucha, escupo en el ser cobarde, en la cala distante y la mentira sembrada en base de culta infamia.
No olvidaré el acto de aparecer, el acto de estar, el de saber sin preguntar.
Pase lo que pase, bajo el cielo estrellado de tu cuarto rezaré por esa sonrisa nostálgica tuya, echándote de menos en las paredes de ladrillo con vista de pájaro quienes reconocen los recovecos de una mirada intrusa.