domingo, 4 de marzo de 2012

Una cena y mil lágrimas

La cena de hoy...todos sentados a la mesa en un intento nefasto de fingir que todo va bien, no se como estaban las hamburguesas, ni de lo que llevaban, no se que echaban en la tele, ni que había en mi vaso.
Todo sabía a lágrimas, a llanto, a un amargo dolor de alma.
Aquella noche, cuando la vi llorar por lo que ocurría sabía que a partir de ese momento todo sería diferente a como llevaba siendo, los momentos de fulgor se habían apagado en un borrón de dolor y años.
No mas, quedaba en los kilómetros, recuerdos desesperanzados de cariño y abrazos, era el momento de asumir que las cosas estaban cambiando, y lo hacían muy rápido y con poca memoria fueron los escalones inaguantables pasando...pasando.
Hasta esta noche, una cena de triste hamburguesa y gambas al pil-pil.
Dejamos nuestra vida apelotanada junto con la risa cuando sabemos que las cosas empeoran por momentos, cuando a las tantas de la madrugada recibes consuelo, de verdad, de verdad, me gustaría ser yo la que tuviese que aguantar ese tormento, me gustaría ser yo, la que pudiese elegir ese momento, ese instante de amargura en el que llamas por teléfono.
Desde luego, desearía poder bordar tu cuento, y cambiar sin inventos el dolor y la amargura de este jodido instante somnoliento.
No existen aún, palabras de consuelo que hagan que todo sea mas ameno.
No existe el empujón para cortar por lo sano y dejarlo volar al viento.
Te hicieron corazón que no le importa la razón, como si son mil tormentos.
Perdura en un alma y doce mil kilómetros de roca y mares el cariño y la memoria errante.
-te quiero-

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