jueves, 22 de marzo de 2012

La fiera y su amargura

Decía la leyenda, que en su boca estaba el fuego de las profundidades del averno,
que en sus terribles cuernos gritaban los espíritus de la gente a la que con cornadas destrozó.
Que en sus ojos de ámbar brillaba la ira hacia toda la raza humana,
sus escamas solo mostraban las cicatrices de miles de luchas, de siglos y siglos de continua pelea, el rojo de la sangre había tintado con facilidad su alma ansiosa de venganza.
En sus garras solo vivía el suspiro de cadáveres y calaveras aplastadas con la fuerza de un bestia de tamaño incalculable.

Pero nadie oyó sus palabras, su lamento, sus lloros hacia la terrible pena que su corazón acontecía.
Nadie se detuvo a palpar la pena que su ser poseía.

Y nadie lo hará, y seguirá el transcurso de los siglos, milenios, y su ira aumentará con el tiempo, acabando así por arrasar el mundo y sumirlo en las llamas de la incomprensión y de la ignorancia.

dos pasos al infierno

Que en un cuero gastado se encuentre un espejo
Que en el miedo se descubra los secretos del alma

Silencio

Correr, fluir, avanzar.
Comienza a moverse el mundo bajo mis pies, y solo el relincho de los caballos se escuchan en esta llanura, las espadas bailan al son de los escudos y el metal, no queda tiempo.
Se acerca el momento, el saltar a la llanura es inevitable, llanura a la que llevamos siglos esperando llegar.

Y ahí están, desesperado bajo una neblina azulada.
Esperando a que él mismo dios de una señal de ataque.
Pero no sucede nada
Pero el silencio reina.
Que es aquello que asoma por el horizonte.
Son gritos de salvación.
Gritos de rebelión.
Gritos de cambio.
Están ahí los cuernos, las mazas, los corceles y los dragones.
Están aquí los visitantes de los astros, los luchadores inmortales, los reclutas del tiempo.
No hay marcha atrás para lo que ahora será las pericias de una leyenda.
No hay escapatoria, te tienen tomado por la garganta.
Suena ya, en la lejana llanura un suspiro que lo corta todo.

Y el tiempo se detuvo.
...En una mancha roja de sangre se dibujó en el suelo la historia de los rescatadores de un reino jamás conquistado, de un pueblo que siempre luchó.

En las nuevas leyendas.
 

domingo, 4 de marzo de 2012

Una cena y mil lágrimas

La cena de hoy...todos sentados a la mesa en un intento nefasto de fingir que todo va bien, no se como estaban las hamburguesas, ni de lo que llevaban, no se que echaban en la tele, ni que había en mi vaso.
Todo sabía a lágrimas, a llanto, a un amargo dolor de alma.
Aquella noche, cuando la vi llorar por lo que ocurría sabía que a partir de ese momento todo sería diferente a como llevaba siendo, los momentos de fulgor se habían apagado en un borrón de dolor y años.
No mas, quedaba en los kilómetros, recuerdos desesperanzados de cariño y abrazos, era el momento de asumir que las cosas estaban cambiando, y lo hacían muy rápido y con poca memoria fueron los escalones inaguantables pasando...pasando.
Hasta esta noche, una cena de triste hamburguesa y gambas al pil-pil.
Dejamos nuestra vida apelotanada junto con la risa cuando sabemos que las cosas empeoran por momentos, cuando a las tantas de la madrugada recibes consuelo, de verdad, de verdad, me gustaría ser yo la que tuviese que aguantar ese tormento, me gustaría ser yo, la que pudiese elegir ese momento, ese instante de amargura en el que llamas por teléfono.
Desde luego, desearía poder bordar tu cuento, y cambiar sin inventos el dolor y la amargura de este jodido instante somnoliento.
No existen aún, palabras de consuelo que hagan que todo sea mas ameno.
No existe el empujón para cortar por lo sano y dejarlo volar al viento.
Te hicieron corazón que no le importa la razón, como si son mil tormentos.
Perdura en un alma y doce mil kilómetros de roca y mares el cariño y la memoria errante.
-te quiero-