viernes, 9 de diciembre de 2011

Desgarbado juego de infames juegos

Lloraba con perenquenes azules y nubes de coleópteros enfadados
gritaba cóndores rojos y eran dos peces de tierra sus ojos desesperados,
en sus manos, biblias de agua caliente mostraban un rayo de desilusión.
Luz de vida era un cofre de palomejas desbaratada y de mala impresión
los recuerdos eran carpas de felinos verdosos y cuernos de cabra lustrados.

Perro vulgar con pulga de lujo severo silencio de ranas ennegrecidas con carbón
levitaba en un remoto espacio tiempo escaso de gracias y perdón.

Cuando las lágrimas de cucaracha de baño se secaron por un control infrecuente
el baúl se abrió y dejó salir un cuento horrendo de víboras y serpiente
Sólo ofidios de cuerpo metafórico y efímero, nada de cuerpos.
Ya no acompañaba con sus lluvias de eterno malestar, nada de respetos.
por una tormenta en un vaso de agua, nada de espectros.

Una vereda vacía tañía un clavel de sol empapado de camino.

Por un desgarbado minuto dio la vida, el alma y las manos adelantadas
un pirómano de almas robó su pestañeo de camello ilusionado
como un recital fallido un agujero de peones apurados
unos viejos poemas de joven frustrado, unas comidas desconcertadas.

Un usurero de sueño y perduró en los vacíos, años, siglos.


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